Las memorias de Manuel


En su libro de memorias Manuel escribió: «El tiempo que me queda se va en renuncias progresivas a cosas vitales». Y todo aquel que hubiese querido leerle leería: «estoy viendo fracasar mi cuerpo, el único cuerpo que tenía.» Manuel había nacido en Cracovia, pero hablaba impecablemente castellano. Fue médico hasta la tarde en que el temblor de las manos le impidió meter el termómetro en la boca de un tenso paciente.

La joven secretaria leyó, la mañana siguiente, su carta de adiós: «Mi cuerpo se empeña en hacerse notar. Antes de caer enfermo su presencia era apenas imperceptible, indiferente como era en aquel tiempo a las tenues señales que me enviaba. Hoy, quizás movido por el rencor, me impide dormir y hacer el amor. Mi pene sirve únicamente para orinar».

Cerrándola, sin concluir de leerla, jamás conoció el título que Manuel había previsto para su libro. Acaso no será jamás publicado, así como su correspondencia, ya que, se defienden los editores, fastidiaría a las almas sensibles.

Commentaires

Anna a dit…
Quiero leer mas!
Il tuo racconto é un inizio che incuriosisce il lettore, vorrei sapere cosa é successo nella vita del dottore polacco, sapere cosa pensa della vecchiaia e del suo corpo che lo lascia lentamente.
E soprattutto sapere come la tua mente ha creato queste storie, che bel mistero!
El pajarito
GRANJOAO a dit…
Verdes son las hojas, bajo el cielo estrellado.
Y azules son las aguas que las ven pasar.
Attente d'infini a dit…
Ce commentaire a été supprimé par l'auteur.
Attente d'infini a dit…
Voyons, Monsieur l'écrivain, nous attendons la suite!
Faire attendre ainsi vos lecteurs les plus assidus constitue une offense fort malencontreuse. Cela est inacceptable!
Je vous prie de bien vouloir reprendre votre plume en main au plus vite.
Toutes mes sympathies,
Mme la comtesse de Lamentano
Chère Comtesse, je vous prie de bien vouloir m'excuser. Pour me fair pardonner je publie aujourd'hui un petit récit. Un peu sombre, je l'admet, mais riche et fort de sensibilités. Comme sensible je suis à vos charmes et votre durete ne m'oblige qu'a devenir mieux. Bien à vous, Monsieur l'ecrivain.

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