La historia empieza así

Hace mucho tiempo el Valle de Dolhai, en Transilvania, estaba poblado por gigantes. Desde la creación del mundo se dedicaron a labrar la tierra y se multiplicaron convenientemente. Mucho tiempo después cayó un diluvio y los gigantes debieron refugiarse en unas cimas desérticas y  fueron muriendo de hambre. Tras la retirada de las aguas, sólo quedaron un gigante y su  despampanante hija Roza Rozalina que tenía unos ojos negros como el carbón. 

Como no tenían ninguna compañía, Roza le dijo un día a su padre que no podía soportar la soledad. “Cuándo hallaré un marido?” – le preguntó desamparada -. Cuando vio que ninguna ayuda vendría de su padre decidió, por primera vez, bajar a la ribera. Allí divisó unos seres minúsculos que se abrían paso entre la hierba alta que ella ni alcanzaba a ver. Entonces decidió recoger a un puñado de ellos y los guareció en su delantal bordado con hilos de plata y oro. Se dijo que ya nunca más se aburriría. Cuando se puso a examinarlos, sentada en una piedra, un hombrecillo le llamó la atención por su belleza, pero también porque no parecía temerle. Ella  empezó a sentir que su corazón se avivaba. Definitivamente no se iba a aburrir más.

A su regreso, el padre de Roza se enfureció cuando la hija le enseñó los hombrecitos. “Ay, hija mía, exclamó, ¡Nuestro tiempo llegará a su fin! Son estos seres insignificantes los que van a heredar el mundo. Llévales de vuelta al sitio donde los encontraste”. Pero su hija no desobedeció y, en cambio, suplicó a Dios para que uniera su vida a la de aquel hombrecito.

El Señor la escuchó y la hizo encogerse, y al hombrecito crecer, hasta que ambos alcanzaron la misma talla. Luego tuvieron muchos hijos y sus descendientes fundaron un pueblo, al que llamaron Rozavlea. Desde entonces esta historia se transmite de generación en generación y cada año, durante el mes de agosto, los muchachitos del pueblo representan su historia sin ya creer, que un día lejano, los gigantes poblaron y dominaron aquellas tierras y que ellos eran unos hombrecitos.

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