Una vida de Nóbel I


Desde un comienzo el escritor Gabriel García Márquez se lo puso difícil a su biógrafo, el académico inglés Gerald Martin (Londres, 1944). Tan peliagudo fue todo el proceso de escritura que pasaron casi veinte años antes de que éste pudiera publicar por fin la biografía del premio Nóbel colombiano: “Veía la vejez en el horizonte y el editor cansado y más viejo”, sostiene. 

 Presionado por su editor –con quien se había comprometido a entregar el borrador en 1994- y coincidiendo con el octogésimo aniversario de García Márquez, sumado al aniversario 40 de Cien años de soledad y los 25 años del premio Nóbel, decidió poner punto final a un borrador de 2.500 páginas, producto de unas 300 entrevistas incluyendo las cuatro al líder cubano Fidel Castro y las 30 reuniones informales con el propio autor "sin hacerle preguntas de frente porque eso ataca su pudor", señala el británico. 

 El primer encuentro entre ambos tuvo lugar en La Habana. "No creo que tú puedas ser mi biógrafo", le dijo García Márquez a Martin, quien la tarde anterior, después de un encuentro en La Habana en medio de whiskies y una conversación amena, había quedado con la sensación de que tendría su aprobación para el proyecto. "Anoche estuve viajando por los laberintos de la literatura latinoamericana y he leído lo que escribiste sobre El otoño del patriarca. Pienso que si no comprendes ese libro, que es como mi retrato, estás jodido. Si no te gusta, yo no te gusto", le sentenció. 

 El episodio ocurrió en diciembre de 1990 y el escritor se refería a Journeys Through the Labyrinth (Viajes en el laberinto), una publicación en la que Gerald Martin criticaba la posición política de la novela."Pero a mi esposa sí le gustó", fue lo único que se le ocurrió decir para superar el momento. García Márquez ya le había dejado claro que las biografías eran para los muertos y que le "daba flojera". Finalmente, y sin soltar un "sí", le advirtió: "No me hagas trabajar".

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